El
alcohol, un factor detonante |
Los especialistas aseguran que el 50 por ciento de las
muertes por accidentes de tránsito tienen al alcohol como protagonista. Y
los médicos explican que el alcohol, en una primera etapa, trabaja sobre
centros inhibidores disminuyendo las funciones cerebrales. En una segunda
etapa, el individuo cree que es capaz de hacer más cosas de las que en
realidad puede. El campo visual disminuye y un ángulo de 180 grados ya no
se ve porque desaparece la visión lateral. También las reacciones son más
lentas y los movimientos, más torpes. "Un hombre alcoholizado podrá
frenar, pero lo va a hacer mucho después de lo que podría haberlo si no
hubiera tomado", dicen los especialistas. Según cuentan, todo esto
comienza a suceder entre 30 y 90 minutos después de la ingesta, cuando el
alcohol alcanza la máxima concentración en sangre y produce el máximo
efecto sobre el sistema nervioso central. Antes, el etanol que ingresó al
cuerpo con la bebida alcohólica fue absorbido al nivel del estómago, para
pasar de allí al intestino y ser distribuido por la sangre a todo el
cuerpo. Sobre esto, los médicos señalan que 0,5 gramos de alcohol por
litro de sangre ofrece un buen margen de seguridad, siempre y cuando esa
cantidad no esté combinada con la ingesta de medicamentos o drogas, ya que
en ese caso las probabilidades de provocar un accidente grave serían muy
altas.
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