No encuentran un freno para el caos de tránsito en La Plata
No encuentran un freno
para el caos de tránsito en La Plata
La Municipalidad asegura que aplica "tolerancia 0" para
combatir a los infractores. Sin embargo, el descontrol vial de siempre no puede
ser erradicado
Caos vehicular, puntos del casco urbano sin control, esquinas
peligrosas, estacionamiento en doble y hasta triple fila y accesos a la Ciudad
donde no se respetan las velocidades máximas. Es un cuadro típico del tránsito
en La Plata. Las consecuencias más graves son los accidentes, que mucha veces
arrojan víctimas fatales. La Municipalidad dice que se está actuando con
"tolerancia 0" para combatir a los infractores; pero algunos funcionarios
admiten por lo bajo que la estructura actual no alcanza para hacer cumplir las
normas con todo el rigor. Unos 30 inspectores municipales, con puestos fijos,
supervisan el tránsito en el microcentro. Pero antes de apostarse en las
esquinas más conflictivas, controlan la entrada de unas diez escuelas donde la
doble fila es moneda corriente. El resto de los agentes de la subsecretaría de
Control Urbano -50 empleados- se distribuye en las 14 patrullas que mañana y
tarde cubren todo lo que debe atender la repartición comunal, desde el
seguimiento del transporte ilegal hasta la rotura de un caño en la vía pública
denunciada por algún vecino. Esto, si en la Ciudad no hay programado algún gran
recital o se realiza una movilización callejera, que obliga al organismo a
desviar todo su arsenal de efectivos a esos puntos de concentración
masiva. "Con esta cantidad de inspectores no se pueden cubrir las necesidades
de toda la ciudad. Donde se refuerza un sector crítico, se debilita otro.
Control Urbano debería disponer, por lo menos, del triple del personal que está
en las calles y de varios patrulleros más", admitieron fuentes
comunales. Para el subsecretario de Control Urbano la solución al problema
del tránsito pasa por aplicar una política de "tolerancia 0". Ernesto Quintar
confesó que antes de ocupar el sillón de su oficina de 20 y 50, creía que con un
buen programa de prevención era posible terminar con el problema crónico del
caos vehicular. "Ahora pienso que la única forma de resolverlo es sancionando a
quien comete una falta, porque a partir de ahí se puede educar a automovilistas
y peatones. Con la palabra y los intentos pedagógicos de nuestros inspectores no
hemos conseguido nada. Por eso nos pusimos más duros y exigentes",
explicó. Según algunos datos comparativos brindados por la dependencia
municipal, la "mano dura" no parecería estar muy presente por estos días en el
control de las calles. Una falta considerada de gravedad, como no respetar la
luz roja del semáforo, fue sancionada en 750 casos en el primer trimestre de
1999; no obstante, en los tres primeros meses de este año las infracciones en
ese rubro se redujeron a un poco menos de la mitad, ya que se labraron 365 actas
por infringir esa norma. Durante años se observó en La Plata una marcada
tendencia a no pagar las multas de tránsito, sin que este incumplimiento
produjera consecuencias en la vida del contraventor. Así lo indican las
estadísticas oficiales que muestra, por ejemplo, el cuadro de situación de 1998.
En ese período, de 13.200 actas labradas por Control Urbano, un 77 por ciento no
tenía sentencia. En todo 1999 y el primer trimestre de este año se aplicaron
27.184 contravenciones por infringir distintas normas viales (se incluyen autos,
motos, tránsito pesado y taxis). En la dirección general de la Justicia de
Faltas municipal aseguran que en ese mismo lapso se remitieron a los fueros
civiles 3.750 demandas de apremios, lo que indica que un 14 por ciento de
infractores que no cumplió con las penas impuestas en los juzgados pueden
terminar con su automóvil embargado o con una inhibición de bienes. Los
responsables de esa dirección dicen que la idea es "seguir al infractor hasta
abajo de la cama". Coinciden con el titular de Control Urbano en el sentido de
que el único modo de conseguir un tránsito ordenado en la Ciudad es sancionando
con todo el peso de la ley a quien esquive el pago de las multas. "No nos
interesa recaudar. Eso no es lo importante -señaló el director general de la
Justicia de Faltas de la Comuna, doctor Jorge Scarpino-. Creemos que para
mejorar la circulación vehicular y evitar accidentes debe cambiar la cultura de
la gente, que carga desde hace años con la idea de que si no se pagan las
multas, no pasa nada. El objetivo es lograr una verdadera educación vial". El
co-director del área, el doctor Fernando Centeno, también cree que la cuestión
pasa porque los automovilistas tomen conciencia del daño que pueden provocar a
partir de una contravención. "Cuando asumimos, el 75 por ciento de los
infractores no concurría a los juzgados. Ahora, si no vienen, los buscamos por
todas partes. Es la única forma de terminar con el caos",
dijo.
Las zonas más críticas
Las zonas más críticas para el tránsito platense son el
microcentro, la salida de las escuelas y los accesos a la Ciudad. Pero algunas
esquinas del casco urbano, alejadas incluso de las grandes concentraciones
vehiculares, tampoco se salvan del continuo riesgo de accidentes.
La zona céntrica es la más controlada por los inspectores. Pero su presencia
disminuye en los barrios y en la periferia, donde también existen puntos
conflictivos. Como en el caso de las esquinas consideradas más peligrosas: 49 y
23, 48 y 22, y 49 y 22. Con escuelas a su alrededor, los vecinos reclaman desde
hace tiempo medidas de seguridad vial. "Acá entran y salen muchos chicos y
puede ocurrir una desgracia. Todos los días se escuchan fuertes frenadas",
comentó Susana Hernández, que vive en 49 y 23.
Allí se juntaron 200 firmas para que se coloquen lomos de burro, pero los
vecinos esperan. La política de la Municipalidad -según el subsecretario de
Control Urbano- es la de hacer un estudio muy exhaustivo antes de instalar
reductores de velocidad en los barrios. "Sólo son aconsejables en los
accesos y en las zonas muy transitadas", señaló Quintar.
El mal estacionamiento es la falta más recurrente entre los platenses. En el
primer trimestre de este año los inspectores llevan labradas 1.812 infracciones
a automóviles. Gran parte de esta contravención se observa a diario en los
horarios de entrada y de salida de las escuelas.
Los accesos son el otro grave problema. En abril el camino Centenario, por
ejemplo, se convirtió en una trampa mortal. Con una diferencia de cuatro días
se mataron dos jóvenes que chocaron contra columnas de la rambla que divide la
vía. También hubo heridos en el mismo mes. El viernes pasado, Control Urbano
inició un operativo con una patrulla "testigo" que "marca"
la velocidad máxima permitida al resto de los vehículos. Ese día se labraron
24 actas. La repartición dice que repetirá esos procedimientos en el Belgrano
y en la avenida 44.