La carga y descarga de mercadería, una tarea que no respeta horarios |
Si bien tienen una franja horaria ya establecida, los camiones
que reparten productos lo hacen en cualquier momento y, muchas veces, en doble
fila. La infracción genera enormes trastornos
La franja horaria permitida
para la carga y descarga de mercadería en el centro de la Ciudad es como la luz
roja de los semáforos: se sabe que hay que respetarla sí o sí, pero algunos no
lo hacen. De esta manera, la infracción se ha vuelto moneda corriente en este
último tiempo y, como consecuencia directa, colabora para que el tránsito de
todos los días se convierta muchas veces en el infierno mismo.
Concretamente,
el horario permitido para esta tarea va desde las (5) cinco de la mañana hasta las
(10) diez, momento en el que los camiones de mercadería, según la reglamentación,
tienen que dejar libre todos los estacionamientos de la Ciudad, tanto en el
casco urbano como en la periferia.
Sin embargo, al igual que con tantas otras
normas que nunca se cumplen, puede detectarse con una simple recorrida por el
microcentro que estos camiones muy pocas veces respetan el horario permitido. Es
más, cada vez que descargan mercadería suelen estacionar en doble fila y hasta
triple fila, algo que, aunque lo hagan en el horario correcto, también está
prohibido.
"Es cierto que la situación se torna compleja, sobre todo en la
zona del macrocentro, que va de 44 a 60 y de 1 a 12", reconoció Ernesto Quintar,
titular de Control Urbano municipal, y precisó que "los camiones de mercadería
no son los únicos que generan inconvenientes fuera del horario permitido.
También se da una situación similar con los camiones de caudales, que circulan a
cualquier hora y estacionan siempre en doble fila".
De cualquier manera,
Quintar puso especial énfasis en que "se está trabajando seriamente para
revertir esta situación y se vienen haciendo operativos de control en la mayoría
de los puntos del macrocentro. Y cada vez que se detecta una infracción de este
tipo, sea cual sea el comercio o la entidad bancaria involucrada, los
inspectores labran el acta contravencional correspondiente" (ver gráfico de
estadística).
Sobre esto, las autoridades de Control Urbano informaron que en
lo que va del año ya se labraron 666 infracciones de este tipo, mientras que
durante todo el año pasado se labraron 3.593, una cifra muy superior a la del
año 98, cuando a lo largo de los 12 meses la misma dependencia comunal sólo
labró 1.390 actas.
En el universo de las actas labradas en los primeros tres
meses de este año, según las estadísticas municipales, hay que precisar que en
enero se detectaron 119 infracciones, en febrero 281 y en marzo 266.
La
escena sucedió hace poco en pleno microcentro y representa un caso típico, una
situación que se repite a diario en las zonas donde conseguir estacionamiento es
toda una aventura: un automovilista que ya había dado varias vueltas por el
lugar encontró de pronto un espacio libre, sólo que delimitado por dos cajones
de manzanas vacíos.
El conductor bajó del auto, puso los cajones en la
vereda y cuando estaba dando marcha atrás para estacionar sintió que un hombre
le golpeaba la tapa del baúl y lo insultaba. "Acá no podés estacionar porque yo
tengo que descargar mercadería", le decía. Ante esto, el automovilista bajó del
auto e intentó explicar que ese no era el horario permitido para esa tarea, por
lo que el estacionamiento debía estar libre.
La discusión fue subiendo de
tono, hubo más insultos y hasta un amague de golpes. Finalmente, intervino un
policía que indicó al comerciante que debía dejar libre el lugar para
estacionar. Sin embargo, después de la discusión y pese a tener razón, el
conductor optó por irse y seguir buscando lugar en otra cuadra. ¿El motivo?
Simple: sabía que el "dueño" del estacionamiento iba a cumplir la promesa que le
hizo por lo bajo en un momento de la discusión: "cuando se vaya el cana te
pincho las cuatro gomas".
Aunque sin la gravedad de este caso _cuyo
protagonista lo contó a este medio-, escenas como estas suelen repetirse todos
los días en distintas zonas, aún en barrios alejados del centro.
"Sabemos que
es una situación que se vive a diario en distintos puntos de la ciudad",
admitieron fuentes municipales, y pusieron especial énfasis en que "muchos
comerciantes no colaboran para revertir el problema de la falta de
estacionamiento, porque se adueñan de las cuadras como si fueran suyas, y lo
peor es que le dan a ese espacio un uso exclusivamente comercial".
Desde
Control Urbano, como se dijo, también se precisó que el problema "no sólo pasa
por los verduleros que ponen los cajones de manzanas en la vereda, porque hay
varios camiones de caudales que estacionan en cualquier lado y, lo que es peor,
lo hacen sin respetar los horarios establecidos".